Alguien ha dicho que debiera mostraros cómo miro. Eso sólo puede hacerse de una forma: mostrando mis miradas. Miradas de sirena.

15 enero 2007

UN PAR DE DIAS EN ZANZIBAR (día 1)

Le dije a zooey que os llevaría a Zanzíbar -regalo de Reyes- y lo prometido es deuda:
UNGUJA es el verdadero nombre de la isla (no sé porqué tenemos que traducir a nuestra lengua los nombres, dicho sea de paso). Junto a Pemba, forman lo que denominamos Tanzania ya que en 1964, Tanganyika y Unguja se confederaron para formar Tanzania. Podríamos hablar de ese encanto que cautivó a persas, fenicios y árabes, y mucho después, a portugueses, holandeses y británicos (amén de su situación geográfica que facilitaba mucho las cosas a los conquistadores). -El famoso Dr. Livingstone ("El Dr. Livingstone, supongo") partió de Unguja- pero creo que no lo voy a hacer, que nos vamos a quedar con sus imágenes, que hablan mucho más alto de lo que nunca podrán decir mis palabras.


Sus niños son quizás lo que más puede llamarnos la atención, esas miradas te atraviesan de la forma más natural y directa que jamás he visto.

¿Qué miras?


Incluso si no te miran a ti, te obligan a perderte en ellos.Pero cuando deciden mirarte ... estás perdido, no sabes si te preguntan, si te observan o simplemente si están ahí para llamar a tu pudor a gritos, para hacer que te sientan avergonzado por ser quien eres, nada más.

FAMILIA MASAI

Existen Masais, sí. Son los "pobres" de Tanzania, aquellos que ya no tienen sitio en el escaso espacio que les dejan habitar en el continente y que no tiene medios de vida en aquellas tierras. Vienen a Zanzíbar porque aquí se le utiliza como reclamo turístico, pero, curiosamente no sucumben al mundo desarrollado, ni al que el turismo les trae ni al que existe en Zanzibar que, comparado al suyo puede considerarse desarrollado. Mantienen sus costumbres, su alimentación, sus ropajes, su altivez, y con ello el respeto de absolutamente todos los que les conocen. Nunca sabrás qué piensa un masai, ellos están por encima de lo que cualquiera de nosotros pueda llegar a pensar.


Sus bebés ya tiene esa elegancia que nos transmiten sus mayores. Y sus mujeres, siguen sometidas a unas normas arcaicas, tales como el rasurado completo del cabello, por aquello de la provocación que, al contrario de las creencias occidentales, suponen los cabellos deben adornar las testas masculinas solamente.

MASAIS


Danzan al atardecer, no importa el turista, no lo hacen por él, no; danzan por y para ellos junto al mar, lucen sus collares y trenzas, su delgadez extrema llena de poderío y fuerza ante nuestros ojos atónitos.

Dhows


Ese mar intenso, profundamente azul, ese que contiene la barrera de coral que rodea la isla junto a la costa, acariciando suavísimamente la blanca arena. Los Dohws descansan en algunas playas apartadas, ellos pueden llevarnos a pasear bajo las aguas, pero no tengo fotos ;).

Mar Esmeralda


Hermosa vista ¿verdad?

Pero vayamos a sus poblados, sus viviendas nos recuerdan que la dignidad no se mide en metros cuadrados ni en kilowatios o muebles de diseño.


Y asistiremos a su cocina diaria, puede que nos inviten a comer con ellos y todo. Espero que no os negéis.

Ruth, preciosa Ruth, nos acompañará y abrirá nuestros ojos.


Abandonaremos este poblado, para ir mirando todo lo que nos encontraremos, emborrachando nuestras miradas de colores, de olores y de ese exotismo que nos recuerda lo que de veras es valioso en la vida, lo que realmente importa.
Y así nos acercaremos a la capital STONETOWN ya inmersos en el atardecer:


Puesta de sol


Sobran las palabras. Buenas noches ............ mañana, más.
Glauka 2007

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Ciento ochenta centímetros de sirena morena, incluída cola.