A TRAVES DE MIS OJOS

Alguien ha dicho que debiera mostraros cómo miro. Eso sólo puede hacerse de una forma: mostrando mis miradas. Miradas de sirena.

23 febrero 2008




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© Glauka

31 diciembre 2007

2008


Comenzaré el año como acabé el 2007:
ESPERÁNDOTE
2008 © Glauka 2007

04 noviembre 2007

BUFONES DE PRIA


Este es el paseo amable por la costa en la que el mar de tanto en tanto se encabrita. Hoy el mar estaba alegre, jolgorioso y risueño, regalándome sus bailoteos brillantes y acompañándome en mi paseo, quizás porque sabía que necesitaba su energía. Dejó que le respirara incluso tierra adentro cuando se colaba por las heridas que la tierra ha ido admitiendo como propias sorprendiéndome su bramar cuando menos lo esperaba bajo mis pies.
El y yo sabemos que otras veces se revuelve y esa energía me embarga pero no es la que ha de cederme hoy. Hoy sólo puedo sentir su presencia ahí, bajo mis pies, escuchar sus suspiros, gemidos y quejidos, recordatorios no más de que la calma siempre tiene un fin.





-MÁS-

Glauka

23 agosto 2007

UNA GATA Y EL MAR






Tierra seca, reseca por el azote del sol, endurecida por los arañazos que el sobrevivir, el resistir ante la adversidad le han brindado.





Pequeños oasis logra, aún así, para reververar en vida húmeda, es una rebelde de lo que le ha tocado en suerte y así lo manifiesta en pequeños gestos.




Resiste con firmeza en sus logros, sin importarle su mínima expresión: puede lograrlo y hasta atrincherarse en su éxito









adornando su piel con pequeños brotes de esperanza.

El mar le acaricia.








Sin estridencias, con calma y toda la dulzura que sabe necesaria para aquella costrosa piel de la tierra. Lame sus heridas salitrándolas en busca de su cura,







y, al atardecer, inunda de resquemores sanadores sus bordes, intentando entrar en ella.


Ella se deja hacer. Tímida, decide abrirse al mar, sonreír con la escasa humedad que alberga cerca, muy cerca, de allá donde el mar la besa.











y él, el mar, lima sus asperezas con la lengua espumosa que sabe ha de tener.
















Se yerguen banderas de vida sobre sus heridas, triunfantes, y hasta sueña con ser fértil y acogedora



permitiendo las caricias de otros dedos






y el visionado de aquellos que el mar le traiga













Le deja entrar sin estridencias dejándose visitar por él sin miedos o vergüenza de mostrarle sus heridas







dejando que el sol se muera ahogándose en el mar, su mar, el que lame sus heridas y humedece sus sueños de vida, el que cimienta la existencia de oasis permanentes en los que vivir sobre ella.

El mar se ríe, juntando las labios para besarla con ternura, acaricia los poros que le ofrece calmada, sin miedo ya borrando las huellas que aún resqueman








y festeja con todo su poderío el festín que comparten.


Una gata y el mar © Glauka 2007

(Imagenes tomadas en Cabo de Gata) -más-

04 agosto 2007

CASA BATLÓ


Dalí Y Gaudí estuvieron siempre en mis entrañas formando parte de ellas incluso cuando no sabía que existían. Así fue como los reconocí en cuanto les puse el ojo encima: eran míos. No puedo explicarlo porque con toda seguridad no tiene explicación: ES, sin más.

Visceral, sí, puede ser eso, que se trata de una forma de mirarles que no me permite objetividad ni frialdad o racionalidad, les siento. Y por eso, lleva arañándome rencorosamente la deuda pendiente desde aquella vez en que, hallándome en Barna me quedé con las ganas de entrar en la Casa Batlló porque antepuse -mal hecho, lo sé- los deseos ajenos a mis necesidades emocionales.



Esta vez entré, vaya que si entré. Y la recorrí entera acariciándola con la mirada y llevándome grabadas en la piel y en los huesos su aroma y su tacto en el hueco aquel que tenía reservado para ellos. Solas ella y yo hablamos sin palabras, pese a los turistas que la invadían y las ganas de todos ellos, tan legítimas como las mías, pero, estoy segura, con menos obligación existencial.




ES EL MAR

Esta casa es el mar cuando se evapora el agua.

Perfecta para una sirena venida a mortal cuando está lejos del agua.

Gaudí ha debido conocer a alguna que otra sirena.

Casa Batlló @ Glauka 2007



03 febrero 2007

Nassssshhhhhvilllleeeeee!!!!



Dada la inutilidad puesta de manifiesto durante las últimas, no sé ya ni cuantas horas, para colgar el vídeo que he tardado tal cantidad de horas que prefiero no contaros ... pues que aquí os dejo la música y las imágenes ... con ganas y tiempo podéis escuchar la música y, pulsando con el botón derecho sobre el álbum de aquí debajo, acceder a la posibilidad de ver las imágenes en pase de diapositivas en una nueva ventana que os permita seguir escuchando la "banda sonora" que iba en el vídeo.
Glauka

17 enero 2007

UN PAR DE DIA EN ZANZIBAR (día 2 ... y 3 de regalo)


Pero amanece otro día en esta ciudad caótica, llena de ruidos, olores, sabores, colores, que te enloquece los sentidos y hasta te hace mantenerte despierto sólo gracias al inconsciente ese que te obliga a respirar:


Sus mercados embriagan la vista, el olfato, el gusto si no eres un remilguis y pruebas sus frutas, sus zumos, y hasta tu tacto por la diversidad de pieles a tocar: la de la fruta, tan distinta a la que acostumbras, la del vendedor cuando te deja probar algo ... la de las telas, tan recias y, al mismo tiempo, vaporosas.

Fantásticas pinturas llenas de colores fuertes, cestos, máscaras de burdas maderas, estrechas callejuelas de esta ciudad Patrimonio de la
Humanidad que estamos dejando venirse abajo, ya que esas viviendas con ventanas y puertas totalmente talladas son de madera, y requieren un mantenimiento que, la economía de los ocupantes, no puede costear, por mucho turista que vaya allí a verlas.

ATARDECE
De nuevo despedimos el día cerca del mar, viendo primero la ciudad desde el agua, y luego, el agua desde la ciudad, acariciada y embebida por el sol y su, aquí inmensa, luz.




De nuevo de camino, absorvemos todo lo que nos tropezamos, con la sed que traemos unos cocos no vendrían nada mal ahora ... de la que paramos, vemos esas vacas con "joroba" que no habíamos visto antes nunca... bueno,
igual vosotros sí, yo no, yo las he descubierto aquí, en Unguja.
CEMENTERIO

Pues sí, es un cementerio. Pero no como los conocemos nosotros, no, aquí entierran a los suyos junto a casa, en el huerto, y señalan el lugar de esta manera. No es tan tétrico como puede sonarnos, en realidad ellos tienen cerca a los suyos siempre, así lo entienden, y visto así, pues es exactamente lo contrario a tétrico, es hermoso.
Mercado del pescado
Tras casi comprar pescado, pero quedarnos en el casi , Marya nos presenta a sus hermanas y nos invitan a comer con ellas, un fantático arroz con calamar ....



... que en esta estupenda cocina de lujo -porque, tras haber pasado unos días aquí ya sabéis que esto es un lujo- ha preparado esta supercocinera para nosotros.


Hasta aseo tenemos ... es la primera casa con aseo del poblado.



Es imposible, no puede uno evitarlo: las gentes siguen siendo lo mejor de esta isla del Indico, sus sonrisas, sus ojos, sus niños.



¡Venga! Cogemos el transporte público local desde Jambiani a Nunwgi, tardaremos más- siete horas-, pero creeremos por un rato que somos de aquí; pararemos en una escuela de camino, llena de niños esperando esos cuadernos y bolígrafos y lápices de colores que casi da vergüenza regalarles.



Ellos regresan a su casa bordeando la orilla del mar, tras una dura jornada recolectando algas.
De regreso a casa junto al mar
Allí nos esperan las mejores puestas de sol del mundo. Dejando que los sonidos africanos se cuelen en nuestros oídos al tiempo que las suaves olas del mar, haremos mil y una fotos a esa inmersión del sol. De muestra traeremos ésta: las mejores nos las llevaremos en el corazón.
ATARDECER
Cuando ya crees haberlo visto todo, justo cuando estás esperando ese avión que te llevará de nuevo a tu vida normal, miras:
mirando aviones
Así es Unguja. Masais, colores, aviones y oscuridad iluminada. Ellos contemplan el progreso sin curiosidad alguna, y tú estás también contemplándoles a ellos con toda la curiosidad del mundo, desde la distancia que te proporciona el saber que cogerás el próximo avión. Por eso tú eres parte de Unguja.

Glauka

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Ciento ochenta centímetros de sirena morena, incluída cola.